miércoles, 14 de octubre de 2009

Octubre 1934-2009: 75 años de Resistencia de los Obreros Mineros de Asturias




"Empezó en Asturias. Siete mineros del pozo Nicolasa de Mieres fueron suspendidos de empleo y sueldo. Las mujeres, como antes habían hecho sus madres y antes las madres de sus madres, empezaron a recorrer los valles antes de que rompieran los días, resguardadas de los escrutadores ojos de un régimen que para ellas nunca había dejado de ser fascista. Repartían maíz, lo echaban a la entrada de las minas y de las fábricas. Y los hombres, como antes habían hecho sus padres y los padres de sus padres, dejaron de trabajar. Era un código". Aunque pueda llevar a confusión, este cita no pertenece a la experiencia de la Comuna Asturiana de 1934, es el extrordinario inicio del libro Clase Obrera, Antifranquismo y cambio Político del profesor de la Autónoma Xavier Domènech sobre la oleada huelguística de 1962 que desde las cuencas mineras se extendió por casi todo el Estado. Las que han quedado para la historia como las huelgas del maiz, eran el exponente de la solidaridad legendaria de los mineros asturianos: "Códigos y signos que se conocen e interpretan dentro de una tradición, pero que se a su vez se extendien más allá, como símbolos fuertes que acaban impregnanado a toda la clase obrera. A principios de abril aparecía en las bocas de las minas (el maíz) y en las entradas de las fábricas asturianas, en mayo ya era patrimonio de toda la clase obrera en conflicto. En Barcelona: "En Olivetti arrancaron las mujeres la huelga porque había dudas en el momento clave y fueron las mujeres las que subieron a las plantas donde estaban las máquinas y echaron maíz a los hombres y así fue como se rompió la chispa"" (Domènech, X., Op., Cit.).

En 1962 todos los pozos se fueron sumando uno a uno a los paros de solidaridad, ya lo habían hecho cuatro años en 1958 tras recurrir al apoyo de los mineros del pozo Maria Luisa de Langreo. Detenciones, destierros, torturas, palizas no desanimaban a las gentes de las cuencas mineras que en abril de 1962 estaban de nuevo en lucha, espoleando el primer gran movimiento huelguístico de masas que hacía frente a la dictadura franquista.

Obviamante es en esta tradición donde nos debemos reconocer. La capacidad de lucha y de sacrificio de los mineros del carbón ha sido una constante durante todo el siglo XX, no sólo el referente de la resistencia frente a los cuaranta años de fascismo, sino la capacidad de controlar el proceso de reconversión industrial de las dos últimas décadas del pasado siglo pasado, que para los gobiernos de Felipe González pasaba lisa y llanamente por la desaparición de la mineria del carbón como otros sectores de la insdustria pesada. Sin duda, esta capacidad de lucha, de unidad y de respeto por los valores propios de la clase social que vemos año tras año en Rodiezmo (y muchos otros lugares) son herederos de la Comuna de 1934.
La Revolución de Octubre de 1934 que cumple estos días su 75 aniversario es parte también de esta tradición que debemos reivindicar. La resitencia antifranquista -que tanta admiración levantó en el conjunto de los movimientos de oposición a la dictadura- y la experiencia de la comuna de 1934 son las caras de una misma moneda de un fenómeno histórico de difícil clasificación. Cuando la huelga general promovida por el PSOE/UGT de Largo Cabellero y Prieto fracasaba en el país por falta de decisión, los trabajadores/as asturianos echaban adelante a base unidad y confianza en sus posibilidades. Se ponía en marcha el sueño eterno de desposeer a los ricos, desarmar a la Guardia Civil y colectivizar la economía. El sueño -que acabaría en pesadilla-empezó el 5 de octubre y duraría hasta el 19 del mismo mes, cuando cesó la resistencia en las cuencas. Durante los escasos 15 días que duró la procamación de la Unidad Proletaria (UHP) funcionó un germen de estado obrero, y no se permitieron violencias contra las clases dominates, todo lo contrario de invasión de Asturias por parte del ejército que dejó un reguero de más de cuatro mil muertos y miles de encarcelados.



La comuna asturiana conmocionó el devenir del régimen republicano. Impidió que el gobierno de corruptos y fascistas del Partido Radical y la CEDA tuviera una salida a la italiana y marcó la fortaleza de las organizaciones obreras, que harían de la amnistía de los presos una de las grandes bazas de la victoria del Frente Popular.
El SOMA-FIA-UGT, por el que esta sección sindical siente una especial querencia, es de los pocos que sigue manteniendo un neto discurso clasista y una vinculación casi extinguida entre sindicalismo y socialismo. Ha sido el único en el universo político y sindical del socialismo democrático que ha conmemorado aquella gran gesta social.
A continuación un par de enlaces, el del SOMA, por supuesto, y un blog muy interesante con documentación del momento. También varias parte de un video sobre la revolución asturiana realizado por TVE con motivo del 70 aniversario en 2004 .
El cielu por asaltu Abundante material, fotos etc.
SOMA-FIA-UGT, web de los mineros del carbón de Asturias.







En las fotos, en la cabecera quizás la foto más famosa de la Revolución asturiana: una columna de mineros hechos prisioneros por la guardia civil. Según algunas fuentes, la foto responde a la zona minera de Palencia, donde también hubo disturbios. En la siguiente, Largo Caballero tras los barrotes de la Modelo de Madrid. Tras el fracaso de la huelga general, la mayor parte de la plana mayor de la UGT fue a dar con sus huesos al maco.

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